Dispareu al Cowboy!

Avui l'article me l'heu fet arribar molts al mail countrycat@terra.es. Es tracta d'un breu escrit d'algú d'Argentina que es queixa dels continus atacs a la música country per part de gent qui sovint ni tant sols s'ha molestat a escoltar-ne.

Veient que heu estat uns quants els qui me l'heu enviat (merci companys/es!), i després de llegir-lo, he considerat que valia la pena penjar-lo perquè tots el poguéssiu llegir.

L'article en qüestió és el següent:

Seguramente ningún otro estilo musical ha sufrido a lo largo de muchos años, una discriminación tan injusta como ignorante como la Música Country. Como amante de lo que considero buena música, durante años me he dedicado a escuchar no sólo Música Country, sino también Blues, Jazz y Rock. Así, todo con mayúscula, porque son géneros que amo y que escucho con atención y respeto. Sin embargo, sólo el estilo Country -que coincidentalmente es mi favorito- ha sido víctima de todo tipo de acusaciones de gente que jamás en su vida ha dedicado un mínimo de tiempo para intentar apreciar y entender este estilo musical.

Una de las tantas apreciaciones que he escuchado es que es una música yanki -dicho esto de la manera más despectiva posible- y esto la acredita a ser despreciada inmediatamente. Craso error ya que si bien la Música Country es quizás el estilo musical que más identificamos con Estados Unidos, es realmente la menos "yanki" ya que sus raíces están en la música celta y baladas inglesas traídas a América por los colonizadores, sazonada con música mejicana, española, africana, italiana y francesa, o sea que es, lisa y llanamente, una ensalada internacional.

El problema de aquellos que desprecian a la Música Country por ser "yanki" radica en el gran error que cometen de mezclar política con música. El hecho de que yo escuche a Johnny Cash o a Dwight Yoakam a todo volumen en mi casa, no me convierte en lo absoluto en un vasallo de Bush Jr. ni un partidario de su política exterior, la cual sigue siendo asquerosa desde todo punto de vista. El hecho de que la música de estos artistas sea difundida por estos lares, no significa, a mi entender, ninguna pérdida de identidad nacional ni nos convierte en víctimas de la tan temida globalización, sino que nos permite un intercambio cultural más fluido que significará, a la larga, una mayor comprensión entre las naciones del mundo.

El tema de la identidad nacional es otra arista interesante de este asunto musical: ¿escuchar tango y folklore todo el día nos hace más patriotas? ¿Bailar un pericón o un chamamé en las discotecas nos transformaría automáticamente en mejores latinoamericanos? ¿Deberíamos andar por nuestras calles y avenidas con sombrero y bombachas de gaucho en lugar de blue jeans, para ser entonces buenos ciudadanos? Sinceramente, lo dudo mucho?Hay quienes han planteado incluso que si queremos escuchar Música Country, hagamos pues un Country en español. Quien haya estudiado un idioma alguna vez, se dará cuenta de que existen diversos sonidos, ritmos y tiempos propios de cada idioma y que son difíciles o imposibles de transmitir de una lengua a otra. Se podrá traducir un texto para que otro que no habla esa lengua lo entienda, pero es absolutamente distinto leer a Edgar Allan Poe en inglés y en español o a José Hernández en dichas lenguas. Eso ocurre con las canciones en inglés traducidas al español: suenan absolutamente horrendas, pero lo mismo ocurre viceversa. ¿Han intentado alguna vez traducir o interpretar tango en inglés? Es algo aterrador. Por esa misma razón, nadie en el mundo ha salido a inventar Jazz Venezolano, o Tango Australiano o Flamenco Escocés. Donde sea que uno vaya, el Rock es Rock, el Jazz es Jazz y el Country es Country.

Otra típica acusación es que la Música Country es un estilo racista: la explicación surge del hecho de que hay pocos artistas country de raza negra y esto es muy cierto aunque ha habido grandes excepciones -Charley Pride, Ray Charles, Big Al Downing, Stoney Edwards, etc-, pero creo que la razón radica en que todo grupo racial se identifica con aspectos cercanos a sus raíces. Es así que en Estados Unidos, la comunidad negra -o afroamericana- se vuelca más al Blues y al Jazz, estilos que contienen raíces netamente africanas y esta tradición es la que dicha comunidad ha valorado y mantenido durante décadas. En Uruguay, la comunidad negra se vuelca al candombe, también un estilo musical de fuertes raíces africanas. Esto nos lleva entonces a descubrir que no hay muchos intérpretes de tango o folklore de raza negra. ¿Convierte esto entonces, a nuestro tango o al folklore en estilos musicales racistas?

Otra crítica viene de aquellos que consideran a la Música Country un estilo musicalmente inferior. Por supuesto que hay excelentes y muy malos temas country, pero lo mismo sucede en cualquier otro género musical. Seguramente dicha crítica proviene de aquellos que nunca se han sentado a apreciar a músicos de la talla de Chet Atkins, Ricky Skaggs, James Burton, Les Paul y centenares de maestros más que han desarrollado técnicas musicales puestas en práctica luego por músicos de Rock y Jazz. Seguramente tampoco se hayan sentado a analizar las magistrales composiciones de gente como Kris Kristofferson, Tom T. Hall, Mickey Newbury, Woody Guthrie, Hank Williams y tantos otros que han logrado poner en unas pocas líneas el sentimiento y la pasión que muchos escritores no logran a lo largo de toda su cosecha. Y por supuesto, esos mismos detractores ignoran que músicos como Bill Monroe o Bob Wills inventaron dos estilos musicales -Bluegrass y Western Swing, respectivamente- y están culturalmente a la altura de otros genios como Glen Miller o Louis Armstrong.

Todos tenemos, por supuesto, derecho a que nos guste lo que sea, pero creo entonces que por lo menos deberían aquellos que intentan hablar de música, acercarse al vasto y rico mundo que la Música Country ofrece, antes de tan tajantemente ejecutarla luego de injustos juicios.


Fins aquí l'article. Si voleu, podem comentar entre tots/es la jugada a través del Fòrum Countrycat.

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